In memoriam de Alice Winn: poesía y amor entre hombres desde las trincheras

In Memoriam de Alice Winn: poesía y amor entre hombres desde las trincheras
En su novela In Memoriam, publicada en 2023, Alice Winn narra la transformación de la vida de los estudiantes de Preshute, un internado británico de élite ficcional, a causa de la Primera Guerra Mundial. En los primeros meses del conflicto, muchos de estos adolescentes son reclutados bajo intensas presiones sociales y, poco después, una gran parte muere súbitamente en combate, mientras otros logran sobrevivir, marcados para siempre.
El título de la novela posee múltiples capas de sentido. Por un lado, alude a la elegía del poeta victoriano Alfred Tennyson, quien lamenta la muerte de su amigo Arthur Henry Hallam; por otro, evoca la fórmula solemne que encabeza las esquelas fúnebres publicadas en The Preshutian, el periódico escolar, para anunciar los muertos y heridos entre los alumnos del prestigioso internado en el frente. Esta doble referencia —poética e institucional— anticipa uno de los ejes fundamentales del libro: el modo en que la poesía, pero también, de forma más oscura, la propaganda patriótica, da forma a la experiencia devastadora de la guerra, en contraste brutal con la realidad del combate, que se despliega con particular fuerza en la parte central de la novela.
En este contexto, los protagonistas, Henry Gaunt, un joven inglés, hijo de madre alemana, y Sidney Ellwood, un poeta adolescente influido por los románticos, por distintas razones se enlistan en el ejército. De forma rápida y devastadora, su entusiasmo idealista da paso a la cruda realidad de las trincheras. Más allá de las transformaciones que padecen a causa de los horrores y las neurosis de la guerra, sobrevive el amor que se profesan, a pesar de las prohibiciones morales e incluso legales que condenan las relaciones homosexuales.
En este sentido, la relación amorosa entre los protagonistas de la novela se basa en los vínculos, a menudo platónicos, que solían establecerse entre adolescentes del mismo sexo en los internados privados para varones en Inglaterra (conocidos en inglés como public schools). Estas relaciones, que formaban parte de la vida cotidiana en esos entornos cerrados, estaban regidas por estrictas jerarquías y normas de conducta, y se expresaban mediante afectos intensos que rozaban lo erótico y lo sentimental. En este mismo ambiente se formaron muchos de los poetas de la Gran Guerra que inspiraron la construcción de los personajes, sobre todo el de Sidney Ellwood: Rupert Brooke, Siegfried Sassoon, Wilfred Owen y Robert Graves, entre otros, que cantaron tanto los ideales como los horrores del conflicto bélico.
A propósito de sus años formativos como poeta, Robert Graves recuerda en su autobiografía Goodbye to All That la relación de amistad platónica que mantuvo con un chico tres años menor durante su estancia en Charterhouse, el internado donde estudió antes de la guerra. Este niño, al que apoda Dick y describe como poseedor de un espíritu refinado, compartía con él sus intereses y sensibilidad, particularmente en lo que respecta a la literatura. La naturaleza de esta amistad no pasó desapercibida para uno de sus profesores, quien le advirtió de la necesidad de ponerle fin, lo que conllevó eventualmente a una severa reprensión del director. Graves, entonces, se defendió del regaño recurriendo a un arsenal de ejemplos de autores y artistas clásicos que habían compartido sentimientos análogos y que exaltaban las virtudes de este tipo de lazos: Platón, los poetas griegos, Shakespeare y Miguel Ángel. Tiempo después, ya como poeta de las trincheras, evocaría este afecto en su poema “1915”:
I’ve watched the Seasons passing slow, so slow,
In the fields between La Bassée and Béthune;
Primroses and the first warm day of Spring,
Red poppy floods of June,
August, and yellowing Autumn, so
To Winter nights knee-deep in mud or snow,
And you’ve been everything.Dear, you’ve been everything that I most lack
In these soul-deadening trenches —pictures, books,
Music, the quiet of an English wood,
Beautiful comrade-looks,
The narrow, bouldered mountain-track,
The broad, full-bosomed ocean, green and black,
And Peace, and all that’s good.
Rupert Brooke, Siegfried Sassoon y Wilfred Owen representan otros tantos momentos del imaginario poético vinculado a la Primera Guerra Mundial. Brooke encarnó el idealismo temprano de los primeros meses del conflicto, con versos que celebraban el sacrificio heroico por la patria, como se ve en su célebre soneto “The Soldier”, citado en la novela. Sassoon, en cambio, transformó su experiencia del frente en una poesía de desengaño y denuncia antibelicista.
Owen, quien murió una semana antes del armisticio y desarrolló su obra, no exenta de homoerotismo, bajo la tutela de Sassoon, llevó esta crítica aún más lejos: exploró el trauma físico y psíquico de las trincheras con un lirismo sombrío, marcado por imágenes de cuerpos mutilados, gas venenoso y camaradería rota. Se ha dicho que estuvo enamorado de Sassoon y que fue este quien lo introdujo en los círculos intelectuales que posteriormente ayudarían a consagrarlo como poeta.
Así, Sidney Ellwood —el protagonista de la novela— y su relación con Henry Gaunt encarnan distintos aspectos de este imaginario, al sintetizar en su vínculo tanto los ideales como el horror de la Gran Guerra a través de la creación poética.
Nota: la imagen de portada fue generada con inteligencia artificial. Dos jóvenes soldados británicos comparten un cuaderno de poesía en las trincheras. Inspirada en la novela In Memoriam de Alice Winn.
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